Se ha notado un gran aumento en el consumo de productos ecológicos en los últimos años, porque se han demostrado sus beneficios en el organismo y porque los usuarios ya no solo buscan productos baratos, sino que prefieren pagar más pero estar seguros de que adquieren alimentos naturales que no van a causarles ningún daño.
Por eso, muchos se han planteado incluso la idea de cultivar ellos mismos los vegetales en vez de comprarlos en establecimientos especializados; además de resultar mas económico, se tiene la certeza de saber que tipo de fertilizantes se están utilizando, además de la satisfacción de ver crecer cada día nuestro trabajo. No hace falta tener un gran espacio en una casa de campo, es mas, podemos hacerlo incluso si disponemos de terraza en nuestro propio piso o apartamento. Además de ser un excelente entretenimiento para toda la familia, podremos tener productos frescos todo el año, siendo estos totalmente ecológicos, sin abonos químicos, ni insecticidas, por lo que además su sabor será mucho mas natural.
Para tener nuestro propio huerto en la terraza o huerto en el balcón, necesitaremos en principio una mesa de metro y medio de largo que sea de acero galvanizado, ya que es fácil de montar y resiste la humedad. Debe tener drenaje para el agua de riego, para así poder reutilizarse, con lo que el consumo será mínimo; se trata de un sistema de riego por goteo, que distribuye uniformemente el agua, optimiza su consumo y garantiza la regularidad del mismo. La altura debe ser poco menos que un metro, para que toda la familia, incluso mayores, discapacitados o niños, tengan acceso a los cultivos. Además, se utilizara en estos casos un sustrato especial hecho a base de materias primas naturales, para garantizar la buena cosecha y prescindir de elementos químicos.
La mayor parte de los que tienen un huerto en casa lo hacen, además de por la comodidad, por la calidad que obtienen en sus productos. Este concepto no debe ser medido solo por el aspecto externo del alimento, su color o su tamaño, sino que hay otros importantes aspectos como el momento de la cosecha y el tiempo que transcurre entre esta y el consumo. Esto es determinante, ya que normalmente consumimos frutas y verduras que se cosechan verdes y se mantienen en cámaras frigoríficas para que maduren hasta el momento del consumo, con lo que el proceso es artificial, y no se obtiene el mismo sabor ni los mismos nutrientes. En cambio, los productos del huerto propio se cosechan en su momento óptimo de maduración, con lo que su gusto es perfecto y la cantidad de vitaminas y minerales que aportan son los óptimos.
Muchos se preguntan la cantidad de vegetales que pueden producirse en una mesa de cultivo; esta claro que no será una producción en masa, pero suficiente para abastecer el consumo de toda la familia. También dependerá del tipo de verdura que se cultive; por ejemplo, el pepino es muy productivo porque contiene mucha agua, contrariamente a la zanahoria o las habas. Pero como dato orientativo, se puede decir que en una mesa de cultivo de un metro cuadrado de superficie más o menos, pueden llegar a cosecharse una media de diez kilos de tomates, quince de pepinos o veinticinco lechugas. Por tanto, no puede excluirse ninguna verdura del huerto, pero si es cierto que hay algunas que se dan mejor que otras, como la cebolla, el ajo, el pepino, la lechuga, el rábano, el nabo, la col, el tomate, la berenjena y la escarola.
Si vives en el campo, por ejemplo en una casa de madera o un modulo prefabricado, también existe la posibilidad de tener tu própio invernadero lo que te proveerá de alimentos fuera de temporada.